sábado, 21 de noviembre de 2009

No habrá un destino incierto,
sólo un futuro ambiguo.
Entre relojes derretidos caminás,
un suspiro será tu compañía
cuando quieras descansar.
Tu pensamientos rebotan en tu cabeza,
van y vienen como un bumerang.
Llorás penas que creés haber olvidado
y matás nuevas esperanzas antes
de haberlo intentado.
Sos esclavo de tus palabras y sueños,
te arrancaron la paz entre tus dedos
y te queda la guerra cruel, fría e injusta.
Que el tiempo te acorrale en su prisión
y sepas cómo abrir las puertas de tu corazón.
Ojalá supieras que no vas a volver,
ojalá supieras que no vas a volver.

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